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Vale, en Madrid no tenemos playa, pero tenemos unas piscinas naturales, pantanos y ríos que son igual de refrescantes y sin la molesta arena.

Piscinas naturales de Las Dehesas
En Cercedilla se encuentra uno de los lugares más frecuentado por los madrileños en la época veraniega. En el propio Valle de Fuenfría encontramos las piscinas, que en realidad son pequeñas pozas situadas en el transcurso del Arroyo de la Venta. Fueron creadas en el año 1978 y aunque ahora su agua está tratada con cloro, al principio eran totalmente naturales. El complejo recreativo de Las Berceas cuenta también con un bar merendero, zonas de césped, baños, vestuarios y una enfermería. Abre hasta 31 de agosto de 10 a 20 h y la entrada cuesta 5,50 € los días laborables y 6,50 € los sábados, domingos y festivos. Los niños menores de 14 años y los mayores de 65 pagan 3,50 €.

Las presillas de Rascafría
En el Valle del Paular se encuentran las piscinas naturales de Rascafría. Su agua es tan cristalina que se puede contemplar el fondo sin ninguna dificultad, aunque es difícil aguantar mucho tiempo dentro de ella porque está muy fría. La zona está dividida en tres piscinas ubicadas en el cauce del río Lozoya, con amplias praderas verdes que se llenan de familias y grupos de amigos cada verano. La entrada es libre y gratuita y el precio del aparcamiento es de 5 € por coche y día. Abre todos los días durante los meses de verano de 9 a 22 h y tiene mesas, kioscos, aseos y papeleras. Una gran opción para disfrutar de un baño en plena naturaleza.

El pantano de San Juan
Un clásico en el veraneo madrileño. Pocos son los padres y abuelos que no han llevado a su familia hasta aquí y se han refrescado en este pantano, situado entre San Martín de Valdeiglesias, El Tiemblo, Cebreros y Pelayos de la Presa. Con 14 kilómetros de playas, es el único embalse de Madrid donde está permitido el baño. Las zonas para practicar deportes acuáticos están bien delimitadas y separadas de los bañistas. Es importante seguir las recomendaciones de seguridad, ya que se pueden alcanzar los 70 metros de profundidad en algunas zonas del pantano. La afluencia suele ser masiva y los fines de semana entre junio y septiembre más te vale ir pronto o no encontrarás sitio para plantar tu toalla.

Piscina natural de Riosequillo
En Buitrago de Lozoya encontramos una de las piscinas naturales más grandes de todo Madrid. El agua le llega directamente del Embalse de Riosequillo. La piscina natural tiene cerca de 4.500 metros cuadrados y a pesar de que su agua está tratada con cloro sigue estando igual de fría que la del río. El complejo cuenta además con zonas de descanso y merendero, baños, vestuario, un chiringuito, pista de fútbol sala y baloncesto y un área de juegos infantiles. Abre desde mediados de junio hasta finales de agosto todos los días de 11 a 21 h menos los lunes. La entrada cuesta 3,50 € los adultos en fin de semana (3 € días laborables) y 2 € los niños.

El embalse de Picadas
Otro remanso de paz natural para darse un baño refrescante en verano. Con una superficie de 92 hectáreas, este embalse está situado en San Martín de Valdeiglesias, aunque la presa que forma este embalse está próxima a Aldea del Fresno. Sus aguas provienen del río Alberche, que por cierto alberga muchas pequeñas playas a lo largo de su cauce. Alrededor hay un extenso bosque de pinos y cuenta además con una zona recreativa (La Depuradora) con barbacoas, mesas para comer, etc. También se puede practicar la pesca en algunas zonas.

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